Universidad de Chile propone lanzar 9 nanosatélites más en los próximos 3 años

Universidad de Chile propone lanzar 9 nanosatélites más en los próximos 3 años

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Ante la Comisión Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado, un equipo de expertos de la de la U. presentó un plan que requiere invertir US$ 33,3 millones. Al 2020 permitiría participar de al menos el 15% del mercado global de servicios de observación de la Tierra, lo que significaría una ganancia de aproximadamente 0,44% del PIB de ese año.
Autoridades académicas y expertos de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (FCFM) de la Universidad de Chile presentaron hoy ante la Comisión Desafíos del Futuro, Ciencia, Tecnología e Innovación del Senado la propuesta de Programa Espacial para Chile, un plan solicitado por los senadores, en el que un equipo de expertos de la Facultad plantea insertar al país en el desarrollo de tecnología satelital propia, la integración de redes de datos terrestres de verificación, y el almacenamiento y procesamiento de mega-data geoespacial, con acceso libre para usuarios públicos y privados.

El plan a tres años incluye el lanzamiento de nueve nanosatélites que se sumarán a Suchai I, el cubesat de la Universidad de Chile que ya ha permanecido más de un año en órbita. El desarrollo de esta constelación de satélites facilitará la observación desde el espacio y estará vinculada a un sistema integrado de redes terrestres con acceso libre a la información.

Los datos geoespaciales que se obtengan serán almacenados, procesados y calibrados con datos terrestres capturados por diversos agentes públicos (en áreas de sismología, meteorología, contaminación, vulcanología, entre otros), sumados a los datos del programa Copernicus (de la Unión Europea), produciendo un repositorio disponible para el desarrollo de políticas públicas del país.

El programa integra una red de sensores terrestres para medir diversas variables atmosféricas a lo largo del país, con el objetivo de permitir la calibración de los sensores atmosféricos con los que cuentan los nanosatélites, y el desarrollo de un Centro de Integración y Análisis de Datos Geoespaciales que, en conjunto con el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC) -del Centro de Modelamiento Matemático (CMM)- facilitará el almacenamiento, calibración, integración y procesamiento de los datos geoespaciales obtenidos desde los satélites del programa Copernicus.

El objetivo del programa propuesto es permitir el desarrollo de tecnología espacial, la obtención de data espacial y la generación de información de interés civil y económico para políticas públicas y científicas, sostiene el decano de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Francisco Martínez.

“Desarrollar una constelación satelital propia, y contar con este Centro de Integración y Análisis de Datos Geoespaciales permitirá que Chile participe en el mercado de observación de la Tierra otorgando nuevos y significativos beneficios científicos, económicos y sociales para el país”, recalca Martínez.

Crecimiento del PIB al 2020

De acuerdo al reporte Geospatial Industry Outlook & Readiness Index, el mercado global de los servicios de observación de la Tierra se estima en US$ 57.900 millones en 2018 y se proyecta que crecerá hasta US$ 75.900 millones para el año 2020. América del Sur tendrá el 13,5% de ese mercado y moverá US$10.246 millones ese año. Si Chile consiguiera el 15% del mercado al 2020 haría crecer el PIB nacional en aproximadamente 0,44%. El procesamiento de imágenes podría permitir lograr ese objetivo.

El programa espacial propuesto por la FCFM posibilita también el desarrollo local de capital humano avanzado en ingeniería satelital y en el campo de la astronomía, además del desarrollo de tecnologías para lanzamientos, rastreo, monitoreo y control de nanosatélites, permitiendo el nacimiento de nichos de mercado para diferentes industrias, y posibilitando el desarrollo competitivo en el diseño, el software y la gestión de sistemas de nanosatélites.

Los programas espaciales, como los de la NASA o la ESA, juegan a explorar Marte u otros planetas, porque son exactamente los mismos desafíos que se pueden tener en tierra, explica Marcos Díaz, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica y coordinador del Laboratorio de Exploración Espacial y Planetaria (LEEP) de la FCFM.

“Si encuentras agua en Marte con un radar, seguramente esa misma tecnología la puedes usar en la Tierra para encontrar agua subterránea con una resolución nunca antes vista, lo que tiene impacto en la disponibilidad de agua en una zona determinada y para el desarrollo tecnológico. Esa es la lógica que mueve a los programas espaciales, ese mismo proceso muy sofisticado que se hace en otro lugar del espacio, eventualmente se puede aplicar en la Tierra, y eso queremos lograr con esta propuesta de programa espacial”, indica Díaz.

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